Lo habitual -y hasta lo aceptado implícitamente- es que las estrategias de marketing exacerben notoriamente las cualidades de productos con la intención de que sean cada vez más los consumidores que accedan a tal producto.
Los excesos habituales en que se suele incurrir en esta tarea han obligado a que el Estado, a través de distintos mecanismos, controle los contenidos publicitarios a los fines de evitar los engaños malintencionados y sancionar a las empresas que cometan transgresiones de esa índole.
Nestlé SA está enfrentando una demanda en Estados Unidos que alega que su marca Poland Spring es “agua de mantos freáticos” en lugar de agua de manantial, asegurando que la comercialización del agua Poland Spring es un “fraude colosal”, señala The Wall Street Journal.

El desafío legal ocurre en un momento en que Nestlé — que es la empresa más grande de alimentosen el mundo — está enfocando su atención en el agua embotellada, un negocio lucrativo que el año pasado logró ventas globales de un equivalente a 8.2 mil millones de dólares.
La demanda, entablada en esta semana en una corte de Distrito de Connecticut por 11 consumidores que también están buscando el estatus de querella colectiva, manifiestan que aunque Nestlé comercializa Poland Spring como “un agua de manantial 100 por ciento natural”, utilizando imágenes de manantiales impolutos en las montañas o bosques que le permiten cobrar una prima, el producto no reúne la definición federal de agua de manantial.
La empresa le restó importancia a la demanda considerándola como “algo sin fundamento y un intento obvio de manipular el sistema legal para obtener una ganancia personal”.
La demanda en contra de la División de Agua de Nestlé en Estados Unidos, argumenta que la empresa ha estado “abusando y explotando la confianza de sus consumidores para obtener ventas y ganancias masivas”. Asegura que el agua Poland Spring de Nestlé no proviene de una fuente acuífera que cumple con la definición de agua de manantial de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, FDA por sus siglas en inglés, sino que en lugar de eso contiene agua “obtenida de pozos que son perforados en planicies saturadas o valles en donde el manto acuífero está a unos cuantos pies de profundidad de la superficie terrestre”.
La FDA define el agua de manantial como “un agua derivada de una formación subterránea de la cual fluye el agua naturalmente a la superficie de la tierra”. También detalla cómo deber ser recolectado el líquido.
“Poland Spring es 100 por ciento agua de manantial”, comentó Nestlé a través de un comunicado. “Cumple con las regulaciones de la FDA que definen el agua de manantial, con todas las regulaciones estatales que se aplican a la clasificación de manantial en cuanto a los estándares de identidad, así como también las regulaciones federales y estatales que rigen la recolección del agua de manantial, prácticas de buena elaboración, calidad del producto y etiquetas”.
La demanda alega que ninguno de los ocho presuntos manantiales naturales de Nestlé, que se localizan en Maine, son genuinos de acuerdo a las reglas de FDA y acusa a la empresa de construir manantiales improvisados en siete de sus instalaciones para fingir que cumple con las regulaciones del FDA.
En el octavo lugar, utiliza una máquina para sostener a Poland Spring, que se secó hace 50 años y ya no produce nada, asegura la demanda.
Esta empresa, que tiene su sede en Vevey, Suiza, anteriormente había tenido problemas con Poland Spring. En el 2003, la empresa llegó a un acuerdo de 12 millones de dólares en una demanda colectiva que se entabló en Estados Unidos.
En esa ocasión se aseguró que el agua embotellada Poland Spring proviene de pozos, no de manantiales, y no es tan pura como lo asegura su publicidad. En aquel momento, Nestlé describió el acuerdo como una solución justa.

Las infracciones son más graves, por cierto, cuando se emiten mensajes distorsionados sobre presuntas cualidades de productos relacionados con la salud de las personas. Aquellos que se venden como saludables y en realidad no lo son tanto. Detectar este desfasaje entre el mensaje publicitario y la realidad demanda estudios que no siempre se realizan, por lo que el engaño se extiende un tiempo prolongado perjudicando a millones de incautos.
Una publicación de un estudio de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) en colaboración con la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables reveló que el 87 por ciento de los cereales para desayuno, postres y galletitas dulces, cuyos consumidores habituales son niños, contienen una cantidad excesiva de uno o más nutrientes críticos como sodio, azúcares libres o grasas, lo que indica baja calidad nutricional.
Las etiquetas de una parte de los 301 productos analizados aluden a bondades nutricionales que, en realidad, no tienen, pero que inducen al consumidor a elegirlo.
La investigación reflejó que 4 de cada 10 envases de cereales, postres y galletitas de baja calidad nutricional utilizan mensajes tales como “Fuente de vitaminas y minerales” o “50 por ciento de calcio diario recomendado”, pero tales enunciados solo son parcialmente ciertos o directamente falsedades.
El marketing del engaño se completa con la utilización de la imagen de deportistas o celebridades relacionadas con un cuerpo sano. El estudio indica que el 30 por ciento de estos productos altos en sodio, grasas o azúcar “utilizan personajes en sus envases, tanto aquellos creados por la marca como los que incluyen deportistas y celebridades”.
Los especialistas consideran que muchos de los productos que “se venden” como saludables para el desayuno de los niños en realidad son una especie de golosinas, pues poseen abundante azúcar y productos refinados que se esconden detrás del marketing publicitario.
El informe tiene la virtud de revelar estos engaños y alertar a la población, pero también pone al descubierto la carencia de una legislación que regule más eficazmente el contenido de los mensajes en los envases y en las publicidades que se difunden en los medios de comunicación, evitando que empresas vinculadas con la elaboración de productos alimenticios continúen embaucando a los consumidores.
A tener cuidado !!!